Aprender a desmitificar es necesario.
Porque claro, las cabezas de las personas y sus puntos de vista que hacen mucho sentido pueden hacer que sientas que tienen todo clarísimo. O que no tienen errores.
La realidad dista muchísimo de esa ilusión que nos hacemos en la cabeza.
Creo que por eso me gusta el panteón griego (o la versión porteña también).
Están siempre a un paso de estar por Hong Kong.
“Historias que jamás pueden contarse
batallas que no pueden repetirse”
Un poco de eso están made of.
Hay un grado de imperfección que resulta interesante emho por dos cosas completamente diferentes. Por un lado que se parecen a nosotros y justamente por esa cualidad es que nosotros podemos aspirar a parecérnosles.
Dos caras de la misma moneda. Al final no todo es oro.
Al final de cuentas todo el mundo necesita héroes, pero para poder avanzar es necesario separar la realidad de la fantasía. Sino, nos quedamos en mundo de fantasías, mentes alejadas de la realidad.
Quizás un poco casi como hablando otro idioma.
Mientras la gente intenta construir.
Mientras seguimos avanzando.
Mientras aprendamos.
Nada, eso.
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